Antes que nada quiero decirte que yo también soy cristiana y tengo ansiedad desde hace 6 años. Y no, no se trata de que tú o yo estemos haciendo algo mal o seamos malos cristianos. De hecho, no estás sola, hay muchos cristianos con ansiedad allá afuera. No eres un bicho raro.
La ansiedad es un transtorno de la salud mental, así como la diabetes lo es para tu salud metabólica, o la hipertensión para tu salud cardiovascular, es decir, existen factores químicos dentro de tu cuerpo que están funcionando de una manera que no es el diseño original, y es por eso que te genera síntomas físicos como taquicardias, dolor en el pecho, temblores, tics nerviosos, dolores de cabeza extraños, falta de aire y muchos otros más.
Pero este no es un artículo para profundizar acerca de los síntomas de la ansiedad o para verla desde un punto de vista médico, sino para hablar sobre el tema de la ansiedad en cristianos desde la perspectiva más espiritual y de la fe.
Ansiedad en la mujer cristiana
A lo largo de estos 6 años he intentado muchas cosas para superar la ansiedad, eso incluye psicoterapia, visitas al psiquiatra, he tomado antidepresivos y ansiolíticos en mis temporadas de mayor crisis, he hecho ejercicios de respiración, grounding, terapia de risa, escuchado música relajante, tomado suplementos y adaptógenos, he hecho ejercicios, me he alimentado saludable, en fin, un montón de cosas que si bien han sido de mucha ayuda, no me han curado, me calman, pero la ansiedad luego ha regresado.
Y claro que cuando hablamos de cristianos y ansiedad, nunca falta el amigo, familiar o hermano que me diga: «Tienes que orar más» o «tienes que reprender eso» o «es que necesitas liberación, deberías ir con el pastor fulanito».
Por supuesto que como cristiana también he orado, le he rogado a Dios que me libre de ella, pero al menos todavía no puedo decir que he sido liberada de ese transtorno del todo. ¿Por qué? No lo se. Es difícil pretender conocer los designios de Dios. Pero entiendo que si Él lo ha permitido es por alguna razón que tarde o temprano me ayudará para bien.
Tener Ansiedad no te hace menos cristiana
Hace poco publiqué un post en el Instagram de Entaconadas, que decía así:
«La Ansiedad es solo una señal de que necesitas confiar más en Dios»
El post, como era de esperarse, tuvo críticas mixtas, mientras a algunas personas les gustó y a otras no. Particularmente las personas en desacuerdo fueron psicólogas cristianas y personas que sufren de ansiedad.
Es por eso que quiero aclarar que con esta frase no fue mi intención la de hacer sentir a ninguna persona cristiana con ansiedad como que está haciendo las cosas mal, o que su fe en Cristo no sea suficiente, y quiero aclarar que la ansiedad no es un castigo de Dios para la vida de nadie. La enfermedad no proviene de Dios. Pero si como cristianos nos puede suceder que tengamos crisis de fe, o que nuestra confianza en Dios se vea opacada por pensamientos negativos y temores que dejamos entrar a nuestra mente. Estos pensamientos vienen de parte del enemigo para opacar nuestra paz y generarnos ansiedad.
Particularmente a mí me sucede eso, cada vez que tengo alguna crisis de ansiedad sin razón aparente, es porque he permitido que pensamientos negativos y miedos entren en mi mente. Pensamientos que son todo lo contrario a los que Dios nos insta a tener:
«Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad». Filipenses 4:8
Y es precisamente allí donde está el origen de cada ataque de pánico y de crisis de ansiedad. En los pensamientos. En la mente. Y aunque los profesionales de la salud hagan un extraordinario esfuerzo para ayudarnos a mejorar estos patrones de pensamiento, y a poder llevar una vida normal sin que los síntomas físicos de la ansiedad nos paralicen por completo, he de reconocer que, al menos para mi, lo único que realmente acalla mi alma de estos temores, es recordar las promesas de Dios, acercarme a Él.
Si, como cristianos a veces nos apartamos, como cristianos a veces dejamos de confiar, o no tenemos la suficiente confianza en el Señor. ¡Hey, somos cristianos pero seguimos siendo humanos! Hasta a los discipulos les pasó, y eso que estaban caminando literal junto a Jesús, podían verlo y tocarlo en carne y hueso. El hecho de ser cristianos no nos hace perfectos, ni con una fe perfecta. Esa es nuestra meta, si, pero no la hemos alcanzado aún y nuestra tarea es perseverar en esta vida hasta lograrlo.
Así que querida amiga cristiana, no tienes porque sentirte culpable, o menos cristiana, o como que le estás fallando a Dios, por tener ansiedad, o por tener pensamientos incorrectos a veces, o porque tu fe falle a veces. Dios no te está juzgando o señalando por eso. Él antes de crearte ya sabía que eso iba a suceder y aún así te ama, te acepta, y quiere trabajar en ti para que llegues a ser la mujer que Él diseño a plenitud.
¿Qué cosas me han servido para controlar mi ansiedad siendo cristiana?
En mi experiencia, como ya te dije he probado muchas cosas, y casi todas han sido de mucha ayuda, pero lo más efectivo, lo más maravilloso, sin lugar a dudas ha sido la oración y la adoración. Irónicamente y debido a mi naturaleza caída, son dos cosas que me cuestan, pero cuando logro conectarme con Dios a través de la oración sincera y/o la adoración genuína, es cuando más libertad y gozo siento, y todos esos pensamientos negativos que el enemigo intenta plantar en mi mente son borrados, opacados por los pensamientos de Dios.
La mejor forma de combatir la ansiedad es la oración.
También me ha ayudado escribir versículos bíblicos en papelitos y pegarlos en lugares donde siempre los puedo ver y leer. Puedes encontrar un resumen de versículos maravillosos con los dichos de Jesús en este post sobre Ocho cosas que Jesús nos dijo sobre la ansiedad
Escuchar y leer testimonios de otras personas cristianas con ansiedad, también han sido de bálsamo para mi vida, como este testimonio de una de nuestras colaboradoras. Y por supuesto ver los ejemplos de los personajes de la Biblia que también tuvieron ansiedad como nosotros, pero no permitieron que la ansiedad los invadiera, como por ejemplo David, Jacob, Jeremías, y hasta el propio Jesús antes de su crucifixión. Ellos dijeron: ¡tengo dificultades! pero las volcaron en Dios y eso les ayudó a levantarse.
Espero de todo corazón que si estás en la misma situación de la ansiedad, siendo creyente, este artículo te sea de bálsamo, que sepas que no estás sola, que tener ansiedad no te hace menos cristiana y que Dios no te culpa ni te condena por ello. Él entiende, Él ama, Él sana y Él restaura conforme a Su voluntad, y no olvides que Su poder se perfecciona en nuestra debilidad.
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