En un evento especial que celebra a mujeres de color en Hollywood, Lupita Nyong’o, la actriz premiada por la Academia y la estrella del momento, leyó un pequeño segmento de una carta que recibió de un joven fan. Decía así: «Querida Lupita, creo eres realmente afortunada de ser negra y tener éxito en Hollywood. Yo estaba a punto de comprar la crema blanqueadora de Dencia para aclarar mi piel cuando apareciste en el mapa del mundo, y eso me salvó».
No es agradable escuchar de las personas que no están satisfechos con su color de piel. Dios hizo a todo el mundo único, y al ir a buscar la manera de alterar drásticamente su complexión o su cuerpo está básicamente diciéndole que detesta su creación maravillosa. Los artículos en el mercado, tales como cremas blanqueadoras y las pastillas realmente me asustan. La mera idea de ver mi piel tres tonos más claros es horrible. Hay algo más bien incómodo de jugar con pigmento de la piel; aunque una vez hayas conseguido un tono de piel más claro, no va a durar. Poco a poco, pero por seguro, las manchas de su matiz natural empiezan a volver a aparecer.
Lupita continuó diciendo que hubo un tiempo en su vida cuando ella no se sentía que era hermosa. Se burlaban de ella y llamaban de su piel “sombra de noche”. Su única oración a Dios, dijo a los invitados, era que se despertara con la piel más clara. Mi primer pensamiento fue “¿por qué Dios respondería a tal oración y cambiaría una de sus obras maestras? ¡Ella es hermosa!» Ella es, de verdad, hermosa por dentro y fuera.
Entonces, ¿cómo es la belleza divina? Mi respuesta sería que es eterna. Tal belleza no es tangible. Los lentes de la cámara no pueden capturarla. Una persona que es verdaderamente hermosa atrae a la gente por mucho tiempo aun después de que su apariencia se desvanezca; todavía así podrá hacer sonreír a la gente años después de su tiempo en la tierra con tan solo mencionar su nombre. La belleza no es una cierta altura, peso, medida de la cintura, color de ojos, color de cabello o color de piel. Nuestro valor no se mide por la sombra de nuestra piel.
La madre de Lupita le decía, de acuerdo con su discurso, que «no se puede comer la belleza, pues no te alimenta.» Ella decía que la belleza no es algo que uno puede «adquirir o consumir», es algo que sólo tenía que ser. Su madre tiene razón. Sí, hay miles de productos cosméticos que pueden hacer el exterior físicamente atractivo, pero al fin y al cabo es por quien eres como persona, y no por tu apariencia física, que la gente te recordará; “no hay sombra en esa belleza”, sentenció la actriz.
Mira a este inspirador discurso de Lupita Nyong’o sobre la belleza: