Devocional: Quién nos separará del Amor de Dios

Cuando pienso en el Amor de Dios hacia mi, llega a mi memoria las bodas en las que he tenido la alegría de participar, no solo como invitada sino como dama guía. Todas ellas llenas de comida muy rica, música hasta que se cansan los pies, invitados un tanto peculiares y, por supuesto, sus elementos eclesiásticos y tradiciones culturales.

Y hablando un poco de los invitados y tradiciones, llegamos al momento más esperado de la noche por algunas mujeres, el famoso lanzamiento del bouquet/ramo de la novia. Cuando pensaba en esta tradición, también pensaba en las 3 actitudes que podemos ver en ese instante, las cuales quiero compartir contigo y que podamos verlas en alguna área de nuestra vida. ¿Lista?

  1. Actitud: No se me escapa nada

En ocasiones piensa que tiene que ver con algún punto estratégico entre la fuerza de lanzamiento y su ubicación exacta o, en su defecto, un empujoncito a la de al lado para alinear mejor sus brazos y así recibir el bouquet. Cree que todo tiene que ver con sus esfuerzos.

  1. Actitud: Nunca gano nada

Normalmente se encuentra al final o en el medio de la aglomeración. Ni se esfuerza por siquiera creer que podría, algún día, ser la afortunada de recibir tal honor. Ha perdido tanto que piensa «una vez más, no gané». Cree que no hay nada que pueda hacer para ganarlo.

  1. Actitud: Ojalá algún día fuera yo

Es aquella que intenta mantenerse aún con la esperanza de que sí pudiera ocurrirle ser la afortunada, pero piensa que es más probable un nunca que un ahora sí. Cree que ese sueño le queda muy grande y distante.

¿Con cuál de estas podrías identificar que te sientes con respecto al amor de Dios?

Imagina ahora que ese bouquet de novia en este caso es el amor de Dios hacia ti. ¿Piensas que debes hacer de todo para ganarlo? ¿Piensas que nunca te lo ganarás? ó ¿Piensas que ojalá algún día el amor de Dios te tocara a ti, como ves que a muchas otras chicas?

Me confieso, yo he actuado de estas 3 formas en diferentes momentos de mi vida, con respecto al amor de Dios

Por un momento en mi vida pensé que tenía que hacer algo para que Él amara. Otras veces simplemente pensé que ser amada por Él era algo imposible, pues le he fallado taaantas veces. En otras ocasiones, dolorosamente, creí que ese amor era solo para ciertas personas, con cierto estatus, nombre o cualquier otra cosa que yo no tenía.

 

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Un día entendí que el amor de Dios estaba, está y estará siempre disponible para mí (y para ti)…

La única verdad aquí es que el amor de Dios es para todas nosotras, sin merecerlo o tener que ganarlo, yo entendí que estaba tan cerca que podía vivir en Él y no solo soñarlo.

El amor de Dios es un amor que es dedicado y real, que se expresa de manera única para cada persona, de forma que nuestro corazón reconoce esa sensación de plenitud y dicha cuando se encuentra con su Creador.

Me alegro de que Dios no anda de espaldas lanzando ramos de flores para ver quién será la próxima afortunada en recibir su amor. Gracias a Dios, no es así, porque soy de esas que “nunca gano nada” y viviría expectante pensando “ojalá algún día me toque a mí”.

Él viene cada día en su esencia de amor para entregarnos un ramo de muchas flores las cuales podríamos nombrar como: seguridad, compañía, confianza, alegría, esperanza, propósito, perdón, paz, reconciliación, provisión y muchísimas maravillas más que solo su presencia en nuestras vidas puede traer y hacer florecer en nosotras para dar a otros.

Quiero compartir contigo un versículo que me recuerda Su amor y cuidado en mi vida. Espero puedas atesorarlo también en tu memoria cuando el día no sea fácil y puedas mirar su palabra y creer en tu corazón que Él está en cada latido diciendo: Te amo

Desde lejos el Señor se le apareció, diciendo: Con amor eterno te he amado, por eso te he atraído con misericordia. Jeremías 31:3

Y finalmente cierro este hermoso devocional para mujeres cristianas con este otro versículo que es clave para entender que el amor de Dios siempre está con nosotras, sin importar lo que suceda en la vida o los errores que cometamos:

«¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

Como está escrito:
Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero. m

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.»

Romanos 8: 35-39

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Esperamos que estos devocionales sean de gran bendición para tu vida. ¡Dios te bendiga hermosa mujer!

Escrito por: Alexandra Caruci

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