Cuando nuestra fe se va de paseo

El tema de la fe es un tema un tanto complicado, sobre todo cuando estamos rodeados por una sociedad que, en su mayoría, nos aborda con preguntas como: «¿cómo puedes creer en algo que no ves?», y más al modo de mi país «¿de pana crees que hay un Dios capaz de hacer eso por ti?». Son palabras que poco a poco debilitan nuestra fe, si no la fortalecemos diariamente y olvidamos en qué está sustentada.

Muchas situaciones nos llevan a dudar de todo y todos

Sí, hasta preguntarnos si realmente hay alguien escuchando nuestras oraciones. Y eso sucede, cuando nuestra fe se va de paseo. Es como si en las circunstancias más difíciles, ella se dijera: ¡Oh!, mi amiguita/o creyente está desesperado, creo que es mi turno de ir a descansar;. De hecho, estoy segura de que muchos de los personajes más importantes de las historias bíblicas, en algún momento se sintieron así, abandonados por su fe.

Si has leído al menos una historia de la Biblia en la que se muestra el poder de la fe (si no lo has hecho, te invito a que lo hagas), podrías notar que siempre, cada milagro en el que Dios demuestra Su majestuosidad, empieza siendo un gran problema, que al final se convierte en una prueba que fortalece la vida de quien la esté atravesando. Mateo 14:22-33, es un ejemplo de lo que la fe puede hacer una vez que dejas de dudar.

Quizás piensas que son personajes bíblicos y personas que Dios usó directamente para mostrar Su poder, o que nacieron especialmente para eso. Pero quiero decirte que no es necesario ser de la época del faraón, y mucho menos la hermana del rey Salomón, para que en cualquier situación, por complicada que parezca, Dios trabaje contigo, y a su vez, te utilice para obrar en los demás. La fe, según internet, es la creencia que no está sustentada en pruebas,  según algunas personas, no es más que el poder que le otorgas a algo o alguien para determinar tu futuro; y según la palabra de Dios (Heb. 11:1), la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Tres conceptos, cuatro palabras clave: creencia, futuro, espera, convicción.

Entonces, podría decirse que ese monosílabo de dos letras, significa: esperar el futuro, creyendo con total convicción en algo que no ves, pero que sientes. Sé que es sumamente fácil decirte que todo estará bien. Pero, también sé, que es muy difícil creerlo. Sin embargo, por imposible que parezca obtener eso que tanto esperas, nunca dejes de confiar. Dios siempre tiene un plan que te impulsa a seguir, cuando todo parece ir mal.

La clave de la fe está en creer, aunque no veas.

Orar, aunque no escuches una voz manifestarse. Confiar, aunque no recibas pronta respuesta. Esperar, aunque se agote tu paciencia. Y convencerte de que obtendrás lo que quieres, en el tiempo de Dios para ti. Y si no obtienes lo que quieres o esperas, créeme, es porque Él te dará algo mejor.

No pierdas tu fe. No permitas que se vaya de paseo cuando todo parezca ir mal. Al contrario, levántala, anímala, fortalécela en Jesús. Hazle ver que estás dispuesta/o a estar con ella hasta el final, incluso después de que todo haya terminado.

Escrito por Yairuma Hernandez

Yairuma es venezolana, tiene 20 años y estudia ingeniería, aunque realmente se apasiona por la psicología y la escritura. Amante de lo simple, la lectura, la buena música y la redacción. Fiel creyente de que Dios siempre obra para bien.

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