Una espera que no desespera

“El tiempo de Dios es perfecto”, sí que nos han dicho esta frase cuando de esperar se trata. Y es que cada una de nosotras tiene sueños, anhelos, algo en lo que pensamos e inmediatamente suspiramos, quizás el amor de tu vida, el trabajo de tus sueños, la conversión de tu familia, la llegada de un hijo. Muchos son los deseos de nuestro corazón y a medida que pasa el tiempo y vemos que no sucede, entendemos lo difícil que se hace esperar y vamos perdiendo la fe o simplemente desistimos de la idea creyendo que ese sueño quizás no sea para nosotras.

¡Pero te tengo una buena noticia! Dios es fiel y tus suspiros no le son ocultos. Él es tu padre amado y tú su princesa, Él te dará buenas dádivas en su momento, ¿quién más que él sabe cómo, cuándo y qué te conviene? Por eso la verdadera espera que no desespera, es esperar en Dios.

De mi historia personal te puedo contar que antes de aceptar a Jesús en mi corazón, no creía en el amor, ni en el matrimonio, tenía claro que el amor no sería para mí. Cuando conocí al Señor, como es costumbre de Él, vino y reordenó mi vida y mi corazón… Ahora mi sueño y anhelo más grande era que él me diera un príncipe, ese que soñaba desde pequeña cuando jugaba con mis muñecas.

En Dios lo esperaba y sabía que solo en Él sería posible… Así que lo creí, lo esperé y hoy te puedo decir que Dios me dio de una manera increíble y sorprendente a quien hoy es mi futuro esposo.

¿Cómo puedo esperar en Dios?

1. Fe:

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1

¡Créelo! Ten la certeza en tu corazón de que aquello que anhelas, llegará. Mantente cerquita al corazón de Dios y ten la seguridad de que él obrará.

2. Paciencia

“Porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa”. Hebreos 10:36

Sé paciente, no es en tu tiempo, es en el de él… Mientras llega prepárate para estar lista para recibir su bendición.

3. Agradecimiento

“Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes”. 1 tesalonicenses 5:18

No te enfoques en lo que no tienes ahora, enfócate en cada bendición que Dios te ha dado hasta el momento y agradece una y otra vez por lo que seguirá haciendo en ti.

4. Obediencia

«No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.» Gálatas 6:9

Sea que llegue o no, lo más importante es que tengas un corazón deseoso de obedecer a Dios. Recuerda que el abecedario del Cristiano no es A-B- C-D sino O-B-D- C.

¿Quién dijo que Dios está quieto en nuestra vida? ¡Él no duerme! Él está trabajando y preparando tu bendición ¡Dios no es indiferente a tu necesidad, ni ha dejado de pensar en ti, espera sin desesperarte!

Escrito por Sara Arcila Zapata

Sara es colombiana y vive en Medellín, Comunicadora Social de profesión, enamorada de Dios y del amor. Una de las cosas que más le gusta es escribir. Instagram: @sarisarcilaz

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